Demencia

Los trastornos de conducta ligados al deterioro psicoorgánico propio de procesos  como la demencia o la enfermedad de Alzheimer son objeto de atención por parte de la  psiquiatría. 

Las alteraciones de conducta son frecuentes en los pacientes con demencia. Incluyen inquietud, gritos, golpes, lenguaje repetitivo, insomnio, llanto, deambulación errática, etc. etc., a los que suelen asociarse síntomas psicológicos en algún momento de su evolución, como depresión, ideas delirantes o alucinaciones.

Los síntomas conductuales y psicológicos pueden ser resultado de cambios funcionales relacionados con la demencia y suelen empeorar cuando el paciente es trasladado a un ambiente no familiar mas restrictivo. Por otro lado, la intercurrencia de diversas patologías físicas concomitantes, pueden contribuir al empeoramiento del paciente, por lo que, cuando la conducta cambia es necesario realizar un examen físico y cuantas pruebas sean necesarias para confirmar o descartar esta eventualidad.

El manejo de los síntomas conductuales y psicológicos de la demencia requiere, en ocasiones, el uso de fármacos. Medicamentos antidepresivos, ansiolíticos, antipsicóticos y antiepilépticos, entre otros, pueden resultar útiles para combatir la depresión, los delirios, las alucinaciones, los problemas de sueño, la agitación y la impulsividad.